Dinamarca: una vergüenza

Se trata de la crueldad con la que algunos "seres humanos" matan a centenares de delfines calderones.

A esta celebración regularmente nadie falta por no perderse "la fiesta", (el equivalente en España a las corridas de toros). Todos participan de una manera u otra, matando o viendo la crueldad disfrazandola de espectaculo, como sucede con los toros.
Cabe mencionar que el delfín calderón, como casi todas las otras especies de delfines, se acerca al hombre únicamente para interactuar y jugar con él como gesto de amistad.
Los animales no mueren al instante, son golpeados una y otra vez con ganchos macizos y afilados (véase la foto superior) hasta que se desangran. Los delfines, en su agónica muerte emiten sonidos muy parecidos al llanto de un bebé.
No hay compasión hasta que este dócil ser se desangra lentamente, sufriendo tremendas heridas hasta batirse y morirse en su propia sangre.
Finalmente, estos orgullosos "hombretones" de la isla ya son adultos razonables, hechos y derechos, que ya han demostrado su madurez y su hombría con este salvaje y cruel acto.
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